Desde las tranquilas aguas de la Ensenada de La Paz, Manglitours ha logrado fusionar el turismo con la conservación y la tradición local, ofreciendo una experiencia única de turismo sustentable y comunitario.
Fundado en 2019 por la Organización de Pescadores Rescatando la Ensenada y con el acompañamiento de NOS Noroeste Sustentable, este emprendimiento conecta a los turistas con la rica biodiversidad y la historia de resiliencia que han protagonizado los pobladores del barrio El Manglito.
Manuel Higuera es uno de los pescadores que más corazón le ha puesto a este emprendimiento. A pesar de ser un hombre muy serio, desde que inició Manglitours, es uno de los guías y le gusta contar a los visitantes las historias que han dado identidad a su pueblo.
“Le damos la bienvenida al turista, le damos un croquis de la Ensenada de La Paz y en el trayecto le vamos platicando lo que hacemos. Visitamos algunos puntos y en cada punto le explicamos qué es lo que tenemos, qué es lo que hacemos y qué es el recorrido”, explica.
Tras salir en lancha desde El Manglito o La Posada, los turistas son llevados a un recorrido por varios puntos de la Ensenada de La Paz, donde vivirán durante aproximadamente cuatro horas nuevas experiencias y escucharán historias que les harán querer volver.
Punta de Palo es el primer punto. En esa zona yacen los restos de un barco y es importante porque se han encontrado vestigios de los ancestros que habitaron esta zona en el pasado.
Historia y conservación
Manglitours no es solo un recorrido por la historia, también es una lección de conservación marina. El islote de Las Malvinas es otro punto relevante del recorrido. Esta área se formó por el dragado que se hizo décadas atrás al canal de navegación. La arena extraída del fondo marino creo este espacio que ha sido tomado como refugio por especies de aves regionales y migratorias como el pelícano blanco y el pato buzo.
Higuera platica que en 2014, el gobierno autorizó un nuevo dragado del canal de navegación, por lo que solicitaron permiso para extraer el callo de hacha antes de la obra, para resembrarlo en otra zona.
“Antes de que metieran la máquina a trabajar, hicimos un censo de evaluación de callo de hacha y salió un aproximado de 29 mil callos de hacha que había en el canal. Pedimos el permiso para hacer la extracción y resembrarlo en otro lugar, para que no lo mataran con el dragado. Salió un aproximado de 31 mil 500 callos que sacamos del canal de navegación, se nos logró un 95% del que extrajimos y lo resembramos”, dice.
Esa es otra de las historias que con orgullo plática a los turistas en cada recorrido que hace, expresa.
El tour incluye la visita a los puntos donde OPRE cultiva el callo de hacha y los ostiones, explica el guía. También visitan un barco hundido donde los turistas pueden snorkelear y avistar tortugas marinas y otros peces.
“Al turista le llevamos equipo para que él mismo saque su propio callo, que tenga la experiencia de conocerlo bajo del mar para que sepa cómo es. Nosotros sacamos uno para que vea cómo se hace y le prestamos el gancho de acero inoxidable, le decimos cuál es y le enseñamos a que saque su propio callo y lo deguste ahí en la lancha, fresquecito, o lo llevamos para prepararlo en la playa”, indica.
Un tour diferente
Antes de regresar al punto de salida, la lancha lleva a los paseantes a la playa del Mogote, donde Manglitours monta una zona de camping desde antes de salir al paseo. Ahí se les ofrece un ceviche o pescado frito, hidratación, sombra y un área de descanso. La playa limpia invita a los turistas a meterse al mar para complementar la experiencia.
“Toda la gente se ha ido contenta. Se van con un muy buen sabor de boca, se van con algo que no conocían bien, porque muchos dicen que ver tortugas o conocer el callo es una experiencia nueva para ellos. Algunos dicen que en otras partes no hay avistamiento de aves o que no lo reciben así en la playa, o que los ostiones o que el callo”, comenta Manuel Higuera.
Proveniente de una familia de pescadores, Higuera reflexiona que Manglitours se ha convertido en una alternativa económica para muchas familias de El Manglito, tal como los proyectos de siembra de callo de hacha y ostión, lo que quita presión al esfuerzo pesquero en la zona.
“Nos apoya más no solo económicamente, sino que así apoyamos nosotros a las especies, se fortalece la Ensenada y nos apoyamos nosotros mismos con otras actividades que hacemos, quitando presión a la pesca”, sostiene.
A quienes visitan La Paz y Baja California Sur, llama a conocer este emprendimiento comunitario que describe como un tour diferente, porque se llevarán experiencias que nunca han vivido y que no podrán olvidar.